El 29 de junio, día de San Pedro, es una jornada especial para la ciudad de Haro, en la provincia de La Rioja. En un amplio descampado ubicado en los «Riscos de Bilibio», miles de personas terminan teñidas de púrpura tras haberse enzarzado en una batalla campal con vino tinto como arma. Pero antes, se lleva a cabo una romería desde Haro hasta los Riscos de Bilibio.
El origen de esta procesión data del año 1237, cuando una sentencia obligó a los vecinos del pueblo a marcar los linderos una vez al año, por lo que hasta el día de hoy, por tradición, los harenses peregrinan hasta los Riscos y aprovechan para celebrar.
Los participantes, vestidos de blanco, comienzan el viaje hacia los Riscos guiados por el alcalde de la localidad, bien temprano por la mañana. La travesía termina cuando llegan a la ermita de San Felices, que data del siglo V. Una vez allí, el alcalde coloca el morado estandarte de la ciudad en la roca más alta, se realiza una misa solemne y, después de ésta, comienza la famosa batalla del vino, en la cual se usan diversos utensilios con el único fin de mojar a los demás con la mayor cantidad de vino posible.
La batalla termina cuando todos han sido empapados en vino, y sus blancas ropas teñidas de púrpura gracias al zumo de las vides, tan características de la región riojana.
Una vez vueltos a la ciudad, los participantes participan de un almuerzo colectivo en horas del mediodía, pera ahí no habrá terminado la jornada. En horas de la tarde se celebra en la plaza de toros de Haro una corrida de toros para entretenimiento de los lugareños y visitantes. Así termina una de las fiestas del vino más famosas y originales de España, que fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional por la Secretaría española de Turismo en el año 2011.